martes, 27 de marzo de 2007

No vuelvo a ver un programa de debate

Ayer, haciendo zapping a eso de la una menos algo, encuentro uno de esos rostros que me fuerzan a dejar el mando y sentarme a escuchar. Se trataba de Fernando Savater, que tras deleitar con sus brillantes reflexiones y su sencillez expresiva, aceptó sentarse a la mesa de debate del programa... la cosa prometía.


Casualmente, la cadena en cuestión era Cuatro, y el tema del día... la guerra abierta que Polanco había declarado al Partido Popular. Pero claro, en Cuatro el tema no era ese, sino el boicot que el PP había orquestado con posterioridad y la defensa de la libertad de expresión, pues no hacían más que remitirse a declaraciones que miembros del PSOE habían hecho en pro del grupo Prisa, cuando lo que el espectador espera es conocer en qué términos se había referido el causante del conflicto. En realidad no esperaba menos, pues al fin y al cabo les da de comer.


La mesa de debate, en lugar de estar formada por mentes reflexivas y de espíritu dialogante, constaba de cuatro parlanchines simpatizantes dos de ellos del PP y los otros dos del PSOE. Gracias a Dios... había un tal Fernando por ahí. Pasado de puntillas el primer tema, entran a hablar de la agresión que varios miembros del Foro de Ermua habían sufrido al manifestarse contra dirigentes batasunos. Con cara de incredulidad, escucho como la parlanchina de turno explica que el problema vasco radicaba en el hostigamiento (persecución) que lleva a cabo el Partido Popular en el País Vasco. Ahora invito a los que no hayan visto el programa a que imaginen la reacción de uno de los presentes. En realidad fue ejemplar, pues otros hubiésemos procedido a un enérgico estrangulamiento: hay mucha gente que ha sufrido, sufre y sufrirá por culpa del conflicto vasco, y mientras, otros embisten con intereses partidistas. Por desgracia, esto es aplicable a casi todo el estamento político que tenemos actualmente.


Supongo que ahora me tocará escribir un post acerca de Fernando Savater por si alguno no lo conoce... ya de paso podría incluir un fragmento de un (magnífico) ensayo suyo acerca de las opiniones respetables.

Y en cuanto a la televisión... visto esto, y que las alternativas son Tele Espe y el programa de la plagiadora de libros... me quedo con la Ruleta de la Suerte, donde al menos disfrutaré viendo las interminables piernas de la azafata que toque.

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