
Sucedió en Italia hace unos días, en el derby siciliano. Esta vez no se trata de un hincha, sino de un policía. Casado. Dos hijos. A uno se le queda cara de gilipollas. Pero no es la primera vez, y temo que tampoco sea la última. Y no es cosa del país transalpino, pues en España también estamos infectados por este virus: la violencia en el fútbol.
¿Y ahora, qué?
Cruzando los brazos lo único que conseguiremos es asistir a otro caso como éste. Puesto que débiles mentales va a seguir habiendo, tendremos que pensar en cosas más útiles que meter en la cárcel a cuatro “mataos” para que salgan en dos días. Pensemos porqué el fútbol se ha convertido en un foco de violencia: puede que meter en un estadio a miles de personas para que desaten sus pasiones futboleras no sea buena idea, y dejar en manos de tres seres humanos las decisiones que marquen el sino de los partidos más bien ayuda a que se desate la ira del personal. Pero... ¡qué cojones, si es la salsa del fútbol! ¿no?
Lo de los árbitros tiene su aquel en la infinidad de páginas que se han escrito y se escribirán a cuento de ellos. Claro, da mucho juego. Y dinero. Lo de las gradas es otro cantar: no soy amigo de las prohibiciones, es más, soy activista anti-prohibiciones. Pero modernicemos el arbitraje. Mejor dicho: apliquemos las modernizaciones que esperan ahí, muertas de risa, a que un tal Blatter dé el visto bueno. Por desgracia no resucitaremos a nadie, pero quien sabe... quizá evitemos que algo así se repita.
Tampoco cabría olvidarse de la importancia que tiene la actitud de los profesionales de este deporte. Todavía me chirrían aquellas palabras de Denilson previas a un derby sevillano: “Hay que salir a matarlos”. Por no hablar de aquella portada de Pablo Alfaro bisturí en boca. O las celebraciones de algunos futbolistas al marcar: Luis Enrique y su soberbia; Giovanni y sus cortes de manga; Raúl mandando callar al Nou Camp; Torres mandando callar en Albacete... la lista sigue. Pero no me quiero referir solo a futbolistas: presidentes que mezclan con política, periodistas de lengua bífida, responsables federativos corruptos... no se salva ningún estamento futbolístico. A lo mejor solo es un problema de educación... pero ahí poco se puede hacer. Tan solo hablar. O escribir.
¿Y ahora, qué?
Cruzando los brazos lo único que conseguiremos es asistir a otro caso como éste. Puesto que débiles mentales va a seguir habiendo, tendremos que pensar en cosas más útiles que meter en la cárcel a cuatro “mataos” para que salgan en dos días. Pensemos porqué el fútbol se ha convertido en un foco de violencia: puede que meter en un estadio a miles de personas para que desaten sus pasiones futboleras no sea buena idea, y dejar en manos de tres seres humanos las decisiones que marquen el sino de los partidos más bien ayuda a que se desate la ira del personal. Pero... ¡qué cojones, si es la salsa del fútbol! ¿no?
Lo de los árbitros tiene su aquel en la infinidad de páginas que se han escrito y se escribirán a cuento de ellos. Claro, da mucho juego. Y dinero. Lo de las gradas es otro cantar: no soy amigo de las prohibiciones, es más, soy activista anti-prohibiciones. Pero modernicemos el arbitraje. Mejor dicho: apliquemos las modernizaciones que esperan ahí, muertas de risa, a que un tal Blatter dé el visto bueno. Por desgracia no resucitaremos a nadie, pero quien sabe... quizá evitemos que algo así se repita.
Tampoco cabría olvidarse de la importancia que tiene la actitud de los profesionales de este deporte. Todavía me chirrían aquellas palabras de Denilson previas a un derby sevillano: “Hay que salir a matarlos”. Por no hablar de aquella portada de Pablo Alfaro bisturí en boca. O las celebraciones de algunos futbolistas al marcar: Luis Enrique y su soberbia; Giovanni y sus cortes de manga; Raúl mandando callar al Nou Camp; Torres mandando callar en Albacete... la lista sigue. Pero no me quiero referir solo a futbolistas: presidentes que mezclan con política, periodistas de lengua bífida, responsables federativos corruptos... no se salva ningún estamento futbolístico. A lo mejor solo es un problema de educación... pero ahí poco se puede hacer. Tan solo hablar. O escribir.
Descanse en paz el difunto.
3 comentarios:
Descanse en paz .En el futbol hay mas violencia menos mal que aqui la gente es mas tranquila en el futbol
Descanse en paz el difunto.Yo pienso que es debido a que hay mucha gente que considera el futbol por tradicion como un medio de descargar adredalina y muchas veces no se sabe como y ocurren estos hechos .Un saludo Oscar
No tengo web que pena con las ganas que teneis tdodo el mundo de firmarme jajaj pero no se me publica mi mensaje sobre ronie guagua como lloro jajaj
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