martes, 31 de julio de 2007

David Beckham

Son muchos (casi todos) los que lo ven como a un modelo publicitario, un multimillonario excéntrico e incluso como a un futbolista mediocre. De las dos primeras opiniones nadie puede discrepar, pero la tercera...

Su palmarés y los brazaletes de capitán que ha portado (Inglaterra y Manchester Utd.) deberían bastar para demostrar su gran calidad e incuestionable profesionalidad... pero como una imagen vale más que mil palabras... ahí va el vídeo, encabezado por un gol que merece ser explicado: se trata de un penalty que ejecuta en el Mundial de 2002 ante Argentina; cuatro años antes, en el Mundial de Francia, fue expulsado ante esa misma selección (la eterna rival), lo que costó la eliminación inglesa y el consiguiente vapuleo público (la peor crisis personal y deportiva de toda su carrera).

Recuerdo el día después de que Beckham errase en la tanda de penaltys de la última Eurocopa; todos los presentadores de la sección de deportes de cada telediario se recrearon en la noticia con una sonrisilla mezquina. Eso, además de vergonzoso, fue injusto, pues se trataba del hombre que venció a sus mayores temores para meter a su selección en los octavos del Mundial (el penalty ante Argentina).

En definitiva, creo que tiene derecho a dedicar su tiempo a la publicidad, a gastar SU dinero y a ser reconocido como el gran futbolista que ha sido y es. Nunca se ha metido con nadie y todos se meten con él, incluso lo condenan por lo que dice o hace su mujer (que no él).

Desde ECDS quiero agradecer los años de sacrificio por el Real Madrid y desearle suerte en su aventura americana.

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